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Serenidad y calma (abstracción) (1980-1994)

1980 En abril de 1980 expuso en Salamanca óleos y dibujos en la Caja de Ahorros de Salamanca. La misma exposición la llevaron a Zamora en el mes de junio de 1980.

En Septiembre de 1980 expuso en la Casa de la Cultura en Alcazar de San Juan.

Su actividad pictórica en estos tiempos fue frenética.

Llegó el año 1980 y la vida de Díaz-Castilla cambió. En noviembre murió su padre y el 24 de diciembre se casó con María. Con ella comenzó la etapa de la serenidad y de la calma.

Fue la época más grandiosa de su pintura.

La Naturaleza iba interiorizándose, cada vez, más en él.

Ya no era pintar y dejarse llevar por lo que sabía o había aprendido, de “oficio y técnicas” en la Escuela de San Fernando, sino que había nacido algo en él que surgía o era fruto, no de un ver ni un mirar, sino de un contemplar, y esto, con la ayuda del oficio, daría como resultado su verdadera expresión.

1981 Díaz-Castilla siguió expresando y exponiendo como siempre. El 19 de julio de 1981 expuso en el Ayuntamiento de Piedrahíta y el 19 de julio vuelve a exponer en Piedrahíta en una casa de María.

Las exposiciones año tras año se van sucediendo.

1982 En diciembre de 1982 expone en la galería Ábula en Madrid.

1983 En agosto de 1983 expone de nuevo en el Ayuntamiento de Piedrahíta.

Y un buen día los teólogos de la Universidad de Salamanca se pusieron en contacto con Díaz-Castilla y comenzaron a pensar en una reflexión teológica sobre el arte religioso que, en ese tiempo, Díaz-Castilla estaba haciendo y hacer una gran exposición.

 1984 En el mes de abril de 1984 le hacen la exposición “Pasión del hombre, Pasión de Dios”. Se inauguró en la Sala de arte de S. Eloy en Salamanca. La promovió la Universidad Pontificia y la patrocinó la Caja de Ahorros de Salamanca. Escribieron el libro: “Pasión del hombre. Pasión de Dios” un grupo de teólogos de dicha Universidad y lo publicaron.

Esta misma exposición la llevaron a la Sala de arte de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila en mayo de 1984.

 1985 Nueva exposición en Ávila en el mes de octubre de 1985, y en Salamanca en noviembre de 1985.

La Naturaleza le fue revelando sus formas interiores y un día, después de pintar un cuadro en un cerro de Tórtoles, al llegar al estudio, percibió cómo la Naturaleza le había introducido en una “nueva manera” de contemplarla.

Hacía años que estuvo esperando aquel momento.

Como fue, desde muy joven, un apasionado lector de la obra de Juan de la Cruz, y, durante muchos años deseaba expresar mediante el color lo que él había hecho con la palabra poética, aquel descubrimiento le llenó de emoción, porque percibió aquella “Naturaleza transcendida” y la “metáfora de la vida”.

Hacía veinticinco años que ya pensó interpretarla, pero tardó en llegar la “concreción”. Estuvo cuatro años, desde aquel hallazgo, dando vueltas alrededor de esta obra, hasta que un día “surgió” con toda su fuerza y energía.

Fueron 50 cuadros de dos metros por dos.

 1986 En diciembre de 1986 le hacen abulense popular en Madrid, y en este mismo mes expone en Madrid en la galería Aachen Gallery.

Durante este año siguió pintando la obra sobre la naturaleza en San Juan de la Cruz. Fueron años de intenso trabajo y desvelo.

1987 En el mes de septiembre expone en Pamplona en la Sala García Castañón y en octubre en la Galería Carmen Andrade expone dibujos.

 1988 El 22 de agosto expone en el edificio que fue la Sucursal de la Caja de Ahorros de Ávila en Piedrahíta.

 1990 El 8 de noviembre de 1990 expone en la Galería Sardón de León.

Y llegó este año, complicado y fructífero porque pudo unir fuerzas para exponer la obra que, durante los últimos años había estado trabajando. Cuando la tuvo terminada Antonio Martín; Director General de Caja Ávila y Antonio Carrera encargado de exposiciones de la Caja, le propusieron hacer con la obra de San Juan de la Cruz una gran exposición y un gran libro. Le dejaron al pintor que eligiera a los autores y le pidió unas palabras al crítico de arte Francisco Calvo Serraller y al teólogo Olegario González de Cardedal. Pensó también en Octavio Paz, pero le concedieron ese año el premio Nobel, y el pintor desistió pedirle unas líneas.

 1991 Le hicieron una gran exposición en la Catedral de Ávila. El día antes de inaugurarse la exposición la visitaron los Obispos de la Región de Castilla y León el día 20 de Junio de 1991. El Obispo de Ávila era D. Felipe Fernández que fue quien impulsó que se hiciera esta exposición en la Catedral. Se inauguró al día 21 de junio estando presentes todas las autoridades de la Ciudad y el Presidente del Tribunal Constitucional D. Francisco Tomás y Valiente. Los impulsores por parte Caja de Ávila fueron D. Antonio Martín y Antonio Carrera quien se preocupó de la publicación del libro titulado: “Amor y Luz”, con textos de Francisco Calvo Serraller, de Olegario González de Cardedal y Díaz-Castilla escribió una carta a su amigo Juan de la Cruz.

Díaz-Castilla durante el tiempo que trabajó en esta obra no hizo pintó ninguna más.

Después de aquella dura batalla para expresar la Naturaleza en la plenitud del color, apenas sin forma y con el predominio del ritmo, quedó agotado.

Pero siguió pintando, a pesar del esfuerzo realizado.

No se sabe porqué comenzaron a surgir en este momento las “series”. La primera serie fue la titulada Ávilas. Pintó 50 cuadros de distintas medidas

Expuso los Ávilas en la Sala de arte de la Caja de Ávila el 20 de septiembre de 1991. El texto de este catálogo lo escribió el crítico de arte D. Francisco Calvo Serraller, entonces Director del Museo del Prado.

Díaz-Castilla invitó a un poeta que escribiera un texto sobre sus Ávilas y cuando los tuvo escritos, el pintor diseñó el libro que se publicaría en 1995, sobre el que escribieron varios autores.

Siguió haciendo algunas obras que eran reminiscencias de la obra de Amor y luz con la cual había abierto un camino que seguirían otros.

Una vez terminada esta obra comenzó otras con la impronta de esta obra.

El 31 de Octubre de 1991 expone en la galería Cervantes de Santander.

 1993 El siete de Octubre de 1993 expone en Salamanca en la galería Varron cuadros muy especiales. El cuadro de la tarjeta de invitación que era un gran cuadro, un buen día pintó otro encima.