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SINFONÍA DEL TIEMPO

(Exposición retrospectiva)

 

Esta Sinfonía de colores del tiempo de mi vida es una composición rítmica de las obras que a través de la vida he ido realizando. Consta de cinco partes o movimientos que tiene como hilo conductor al hombre.

Estás ante la Sinfonía del tiempo de mí vida que podría ser también la tuya. Comenzó a crearse hace setenta y tres años y aún sigue.

Esta sinfonía que encontrarás en esta exposición es distinta de las setenta las exposiciones que durante mi vida he realizado. Se trata de una parte de mi expresión mediante el lenguaje de la línea y del color, en la que se mezclan obras muy especiales de mis primeros tiempos hasta hoy.

Trata sobre los ritmos claves de la vida del ser humano.

Estos ritmos se mueven por el lugar, el tiempo y la memoria donde se desarrolla nuestra historia.

El lugar es el mundo donde habitan mis sueños.

Es la hondonada incierta y profunda de una ciudad, un pueblo o una casa. De un valle, de un río o de una montaña.

Son lugares innombrables en espacios sin tiempo y sin memoria.

No puede faltar el lugar donde lo atemporal tiene su raíz para el hombre. Cada persona tiene el suyo.

Yo lo tengo en la Ciudad de Ávila, en el Valle del Corneja y en Gredos.

En esta exposición solo aparece un lugar: Ávila.

Si lees con detenimiento las palabras que siguen te encontrarás con lo que significa para mí esta Ciudad.

 

Si buscas la luz, Ávila es luz.

Si buscas el color, Ávila es color.

Si buscas la forma, Ávila es geometría.

Si buscas soledad, Ávila es soledad sonora.  

Si buscas silencio Ávila es música callada.

Si buscas la calma, Ávila te la dará.

Si buscas espíritu, en Ávila lo encontrarás.

Busca en Ávila el vuelo.

Busca en Ávila el ritmo de la vida.  

Busca en Ávila el aire de la almena.

Busca en Ávila la pasión del vivir.

Busca en Ávila la alegría de la luz.

 

Tengo que decirte que Ávila es mi hermosa pasión.

 

 

Desde Ávila y contemplando la música callada de la almena comienza mi sinfonía del tiempo.

Sabemos que la vida es una larga sinfonía cuyos ritmos ascendentes y descendentes recorren nuestra existencia hasta la culminación en el acorde más alto.

Largo es el trayecto y el proceso de la vida.

Se hace duro el ritmo de la sinfonía cuando bajas a las profundidades del abismo o se convierte en andante ligero cuando aparece una mañana clara y serena o un día soleado y tranquilo.

Si la sinfonía tiene largos silencios, sostenidos o grandes pausas es por el vértigo del continuo vivir en el que quedan escritos nuestros ritmos en los infinitos espacios del universo.

 

De esta sinfonía vivida y expresada os quiero mostrar cada una de sus partes.

 

¿Y el tiempo?

¡Ay el tiempo!

¿Existe?

¿Es vivir y es soñar?

Sé que vivo, camino, lucho, me alegro, sufro, amo o canto.

Pongo verbos a la vida mientras soy.

Lleno mis pasos de algo o de nada. Vivo y sueño.

Sé que el tiempo es un regalo y se irá conmigo y yo me iré con él.

 

¿Y la memoria?

Sé que nací con ella.

Fue siempre mi tesoro, mi bagaje y mi alma; por eso la cuidé y la mimé.

Fue mi cómplice.

Me hizo ser y me lo dio todo.

Me enseñó a expresar la vida con la palabra, la línea, el color y la luz.

Me abrió las fronteras del recuerdo y del olvido, regla áurea del ser y el no ser.

Y aquí está como diosa del lugar y del tiempo del vivir.

 

Con estos conceptos comienza la sinfonía del tiempo.